lunes, febrero 06, 2012
Volver a casa
domingo, noviembre 25, 2007
…estado ausente y monarcas horribles
Regreso de la cocina con un café, leo tu saludo, otro renglón, otro más; preguntas si estoy. Gaia está escribiendo un mensaje, Gaia dice: estás ahí?, Gaia te ha enviado un zumbido, Gaia dice: (k), Gaia te ha enviado un zumbido, Gaia dice algo con la palabra amor, Gaia dice: :’(.
Bebo el café, reenciendo el sexto cigarrillo; tus mensajes son cada vez más esporádicos. Miro, entrecierro los ojos. Así será, así terminarás desapareciendo de mi cotidianidad; disculpándote por tu ausencia, besándome, preguntando si estoy, dónde estoy, llorisqueando. Amor. Sí, tienes razón; pero conoces mi prurito con la bendita palabra. Esa mañana en Michoacán, nuestro Tomás también tuvo razón; es tarde, imagino que duerme, lo habrás tapado y habrás besado su frente.
Gaia está escribiendo un mensaje, Gaia dice: estás bien? me preocupas, tienes el celular apagado.
Tomás cumplía cinco, no, seis años, sí. Ese viaje era la última oportunidad, aunque luego hubo otras últimas. Sonrío, toso; algunas cenizas van a parar al pantalón, y después del dorso de mi mano, al suelo. Esa tarde llegaban las primeras mariposas. Una se posó cerca de Tomás, lo miraba de perfil. Tú, tan al tanto, sacaste del bolso el ilustrado libro comprado en Morelia, y nos leíste: “La mariposa monarca no sólo es bella, también es muy viajera, ya que es capaz de viajar hasta cuatro mil kilómetros”.
Gaia dice: “me lees?”
Pero Tomás frunció el gesto: “qué bicho horrible”. Gaia dijo: Cómo qué bicho horrible. Tomás respondió algo así como: Sí, las alas son coloridas, pero el bicho es horrible. Sin alas es un asco, un asco. La mariposa es un bicho horrible.
Lo escribo en nuestra ventana de diálogo: La mariposa es un bicho horrible. Pero no lo envío, me quedo mirando el monitor. Gaia dice: vi que estabas poniendo algo… Gaia dice: y? Gaia envía un zumbido. Gaia dice: bueno, sigue haciéndote el misterioso. menudo susto. me voy a dormir, mañana empiezo temprano. vete a dormir tú también, es tarde. pon a cargar el celular. (k)
Gaia no está conectado.
No pierdo de vista cómo Windows cierra la sesión. Enciendo el séptimo.
viernes, septiembre 08, 2006
La vocación, ese llamado
Sandra -nombre ficticio, claaaaaaaro- está inmersa en una honda crisis vocacional y una turbulencia laboral ligera, abundan las veterinarias jóvenes.
La encuentro animada, parece que ha encontrado una solución, al menos para el primero de sus problemas. Pedimos dos cervezas, gira un poco más su silla plástica, para estar casi de frente a mí y a la avenida.
-"Ya lo sé, lo he decidido. Seré artista. Escribiré, tengo mucho en mi interior, muchos paisajes que mostrar. Bueno, tal vez pinte, sí, porque fotógrafos hay muchos, y sabes cómo son..."
La noche será larga, pienso para mí, sólo para mí.
.
miércoles, septiembre 06, 2006
Palabras
Hasta ayer creyó que "HOMO SAPIENS" era una forma muy porteña de llamarle a los gays inteligentes.
sábado, septiembre 02, 2006
Bajar
Lo ha intentado.
Las diez de la noche, pero aún es de día en esta ciudad.
No he querido salir, he pasado la tarde postergándolo.
Ha sido comprensiva, ha propuesto diversas actividades, todas interesantes. Incluso algunas, interesantes sólo para mí.
Pero yo no he querido salir, y nada especialmente divertido o necesario me retuvo en la casa, no. Su compañía, creo, me ha resultado indiferente hoy.
Los sábados no recogen la basura en estas manzanas, quizá en todo el barrio. Quizá calles abajo los cubos estén rebosando de bolsas, y alguien se apure antes de que pase el camión.
Esta casa es nuestra, la elegimos juntos.
No quiero hacerle daño, ni salir.
Antes de dormir insultará en voz baja pero audible, lo sé.
Ahora en mi tórax ese vacío de avión al despegar.
Minutos.
La televisión repite un fuera de juego evidente.
Cambia de CD, tararea en francés.
Actualizo la pantalla, suspiro.
Aparece en el vano de la puerta, se ha puesto el vestidito floreado.
Lo compró en un mercado, lo separó de una pila de ropas y me lo enseñó; asentí sin saber cuán hermoso podía sentarle ese pequeño trapo.
- Vamos a tomar una cerveza a la esquina. ¿Sí? Te espero abajo.
- Sí, amor, ahora voy.
Baja a la cocina, o al espejo de la sala a acomodarse los pendientes.
Sí amor, ahora voy; y me desparramo un poco más en la silla, y estiro los pies.
viernes, septiembre 01, 2006
Reportaje a Norma Valga
Habla de escribir sobre uno mismo...
Sólo comparto con mi esposo lo que escribo sobre mí, cuando al leerlo me irrita o me provoca cierta repulsión. Entonces lo observo a él leyendo, si noto que el texto le genera una incómoda fascinación y que insiste en la relectura; pues sé que el material es honesto y vale la pena.
Vamos, es el fenómeno contrario al de los olores íntimos, propios. Debe atraer a los demás, y a una, asquearla un poco.
...
sábado, agosto 19, 2006
Edades de piedra
A ella misma en otros tiempos le hubiese dado miedo todo esto que ahora le divierte tanto.
Habla con un islandés, lo que resulta una verdadera excentricidad, según el lado del Globo en el que vivas. Se trata de un treintañero de apellido Björnsson, que la hospedará una semana.
Chatean en inglés, que es el idioma natal de ninguno de los dos.
Entre Enter y Enter, Silvia -quizá él también- medita sobre la comunicación, los vertiginosos cambios en el mundo; la invade cierta alegría histórica por vivir este presente.
Tiene un detalle para su anfitrión, le pregunta si quiere un regalo de Madrid; él no duda: "un libro que explique cómo hacer las casas con piedra".
Entusiasmado, Björnsson recomienda webs de paredes hechas con papel, otras de medianeras levantadas en pocas horas con piedras, cal, pico y poco más. De hecho, en su foto del Messenger posa sonriente con un pico en la mano derecha; parece dentro de una cápsula (espacial, Silvia fantasea) con un fondo de césped ralo, saturado de amarillo. Luego de varios links, subrayados, azules, extensos; afirma que le fascinan los secretos de la construcción de muros pétreos; Silvia ha agotado sus recursos admirativos anglosajones: wow, amazing!, very interisiting, great, oh, wonderfull.
“Te llevaré a conocer una fábrica de aluminio que está haciendo estragos en los bosques.”
Silvia agradece, pero aduce falta de tiempo. Iremos, no llevará más que media tarde, responde Bensi y le pregunta por segunda vez si le gusta contemplar la naturaleza.
Silvia dice:
Claro, soy agrónoma.
Bensi dice:
Lo sabía, pero necesitaba confirmar eso.
Es posible que Silvia no conteste, su estado es Ausente.
Se toma unos minutos para pensar, prepara café. Llama Laura desde Argentina, está encantada, esta noche irá al teatro.
Vuelve al monitor, ha recibido un mail de Bensi, con un archivo adjunto que la sobresalta un poco: Silvia.jpg.
Silvia dice:
Qué es esa imagen que me enviaste?
Silvia dice:
Estás ahí?
Bensi sigue conectado, pero no dice nada.
Silvia abre el correo ansiosa, la imagen tarda en bajar. “Tarda”. Finalmente abre, es un mapa, una península blanca, contrastando con el mar celeste y los ríos rojos ¿o caminos? Cuadros con aviones y algunos nombres destacan: REYOARFJÖROUR, SKÚTUSTAOAHREPPUR y SVEINSSTAOAHREPPUR.
Silvia dice:
Era un mapa.
Haz enviado un zumbido.
Silvia dice:
Hey, Bensi.
Silvia dice:
Gracias por el mapa, pero no sé qué significa.
Han pasado diez minutos, Bensi en silencio.
Apaga el ordenador. Piensa en que no sabe qué pensar.
La maleta abierta sobre la cama, aún faltan días, pero ella es así. El café, frío y Silvia algo inquieta por la charla y el mapa, igual ansía el viaje; ahora sabe qué pensar, y piensa que necesita salir de una ciudad en la que no se habla del paso del tiempo, sino de los cambios de clima.
.
miércoles, agosto 16, 2006
sobremesa
Una pareja dice,
"de acuerdo, venga, lo intentamos de nuevo...
no nos separamos...
hacemos un último esfuerzo y lo intentamos
una vez más"...
es sábado a la tarde
hay sol
no tienen problemas ni soluciones de dinero
la casa es propia
han terminado de comer
el sexo no les apetece
terminó la charla, de sobremesa
"lo intentamos,
lo intentamos de nuevo
nos damos otra oportunidad
nos la merecemos,
sí"
terminaron
la charla y la comiday los cafés
...Ahora
qué hacen
qué deben hacer...
en qué consiste intentarlo de nuevo
a qué acción corresponde?
qué se hace
qué deben hacer
quién mueve primero...
Ahí están los dos
les da la luz del sol
él juega con el vaso
los hielos derretidos
y ella mira los restos de salsa ya duros en su plato
los dos quietos,
casi quietos.
martes, agosto 15, 2006
Honestidad
Se trata del grupo casi punk "Los Anacrónicos". Suponen bien si imaginan que la A la escriben dentro de un círculo. Su cantante, Patito, en una respuesta acaricia la brillantez que le es esquiva en la música.
Periodista:- ¿Qué puedes decirnos de las letras de este segundo álbum?
Patito:- Bueno, se ha ido Vortemor, que era quien no sólo sabía escribir, sino también leer... entonces, vamos, sí, debo admitir que ahora quizá las letras son peores, pero hemos mejorado muchísimo la tipografía!
¡¡hoy me compré un croissant!!
Vista la abundancia de Blogs dedicados a ser bitácora de cotidianidades mínimas e intrascendentes, he advertido que esta paginita queda un poco fuera de juego con relación al resto de sus hermanas.
Entonces, a la gente que amo y a los que viven en Madrid, les dedico la transcripción de una entrevista laboral que tuve la semana pasada. Semana en la que, por si a alguien le interesa, compré un total de cuatro croissants (medialunas), a la plancha y con miel todos.
Empleador:- Su currículum es bastante escueto. En qué diría que se destaca.
Yo:- En la velocidad para la ironía.
E:- ¿En la velocidad para la ironía?
Y:- Mmm no entiendo… ¿Ha empezado ese juego en el que usted repite todo lo que digo? La verdad es que me fastidia bastante, pero si quiere... ¿O sólo me ha hecho la pregunta por no tomarse diez segundos para entender lo que he dicho?
E:- Veamos. Creo que “velocidad para la ironía” no es un atributo que le ayude a conseguir un empleo. ¿No cree?
Y:- Sí, lo sé, y lo padezco mucho, créame. Pero créame que carezco de capacidad de sumisión ante jefes más mediocres que yo; tampoco soy bueno para las patéticas charlas de oficina o de vendedoras de centros comerciales, que he visto que aquí se practican con tanta habilidad…
E:- Ahá… bien, señor inteligente, me temo que la entrevista se ha terminado. Cualquier novedad, lo llamaremos.
Y:- ¡Muy bien! Esto último y su talante de poder en este escritorio, son dos ironías que no creo superar hoy.
E:- Que tenga buen día. Dígale al siguiente que pase, por favor.
Y:- Sí claro. Buenos días.
E:- (Para sí, segundos más tarde, cuando yo ya estaba fuera) Argentinos...
jueves, agosto 10, 2006
Encuesta
Estoy por compilar algunos relatos subidos de tono en un volumen. Dudo entre dos títulos:
1) "Mis travesuras con tu madre y otras historias sexuales"
2) "Historias sexuales de tu madre y otras aventuras"
Dime cuál prefieres en los comments.
martes, agosto 08, 2006
Cosas de mi novia
Siempre procuraba apurar el paso cerca de la vinatería; me había follado a la dependienta, una latinoamericana bastante impresentable que desde entonces me echaba miradas cómplices. Mi novia nunca lo sospechó, la gordi entraba en la categoría general de infollables.
La puerta de la nevera llevaba meses rota, nos ingeniábamos trabándola con un palo de escoba sostenido a presión entre el hueco de la manija y el quicio de la puerta de la cocina; para eso debimos girar el aparato unos cuantos grados, de modo que quedó casi de frente al salón, provisoriamente.
Nos revolcamos en el sofá antes del final del arroz y la serie, nos pusimos particularmente salvajes; ya sabes, cantidad de groserías ensalivadas. Alguno de los dos, o los dos, pateó la fuente de comida, que cayó sobre el artículo de Mamuts rubios del periódico del domingo, una lástima, llevaba días intentando leerlo.
Reímos tropezando hasta el dormitorio, algo más se cayó por ahí, nos mordíamos y desnudábamos. Ya en la cama, hundí mi cara entre sus piernas; estaba empapado cuando me asome desde allí para pedirle, exigirle: ábreme esto un poco más, ábremelo. Para mí fueron palabras nomás, pero ella interrumpió todo allí, en el acto. Buscó con torpeza la sábana, se medio tapó de un golpe, ofendida. Gritó entre lágrimas que ella no era una cosa, que nada de su cuerpo lo era, repetía.
En silencio salí a la calle, vistiendo sólo zapatos, pantalones y abrigo, ni ropa interior ni camisa; el frío colándose por todos lados. ¿Sería tan baja la temperatura o mi memoria con el tiempo le ha sumado frío?
Después de varios intentos encendí el décimo cigarrillo del día o, como decía ella, el primero de la noche.
Todo esto ocurrió en otros tiempos y en otra ciudad. No sé por qué acabo de recordarlo.
Pero peor mi perro Goma
Peor los Artistas de la Memoria
que todo olvidan
que todo recuerdan.
Peor el caníbal
que se come las uñas y siempre algo más.
Peor el manco
que quiere cantar rap.
Peor el mundo
con nosotros acá.
Peor el barco carguero de yeso
que se hunde en el mar
y la Marsellesa,
Peor la mar,
la Marsellesa.
Peor lo que le pasa
al tiempo que pasa.
Pero peor que peor,
lo que le pasa al perro Goma
que cuando se rasca se borra
que cuando se rasca se borra.
viernes, agosto 04, 2006
con razón
He bajado a tomar un café en una terracita...
Al alba
esta vez dentro de mí,
tu falda en la silla, desparramada
tu pierna escapando de la sábana también blanca
tu desnudez que salva toda la belleza
tus blancos muebles
tú dormida
una novela de más de trescientas páginas
abierta en la ciento y pico.
Creo que pude verme de espaldas,
mover la cámara unos grados
recuperar unos segundos de aquella mañana.
Hay algo de mentira en el recuerdo
que exagera blancos y slencios.
Pero como toda imagen de tí,
termina en esa tarde en la estación;
en el humo
en lo último que viste de mí entre la gente
mi mano
el pañuelo.
domingo, julio 30, 2006
Amigo Changez
Te cuento.
Una mañana me llamó a las siete y dos minutos. Me compré una medialuna, soltó.
No dije nada, me costaba reaccionar, y ella continuó
- Te digo que me compré una medialuna, LA medialuna. El arquetipo de la medialuna. Me di cuenta en casa, en la panadería la eligió mi dedo, al azar, mientras yo ya miraba hacia otro lado. ¡Es tan perfecta! Le tomé una fotografía -sí, ella dice siempre así: fotografía-, he pasado más de media hora iluminándola, pero logré una toma entrañable. Acabo de subirla a mi Blog, en el de las sensaciones; tienes el link. He estado hablando con ella y...
- Perdón, con quién...
- ¡Con la medialuna!... es perfecta. ¿Tú no hablas con los objetos?
- ¿Eh? Ah. Sí. Claro. Yo...
- Bueno, la bauticé Croissant, porque he he se merece un trato francés en su efímera gloria.
La charla duró poco más, tenía clase en la Universidad, y dudaba si comer el croissant o irse sin desayunar. Coincidimos en que debía comerlo, que eso sería dignificar su efímero destino natural, que la posteridad ya se la había dado con la foto... grafía y el blog.
Esto sucedió hace tantos meses que ya van a hacer tres años.
Es increíble, pero esa chica terminó abandonándome... ella a mí. ¿Entiendes? Por entonces llegué a llamar de usted a mi sombrero...
Hoy a las siete y diez sonó el teléfono de la vecina; desperté creyendo que era el mío y me quedé con el tubo en la mano, más dormido que despierto, esperando cualquier voz femenina, mientras el otro teléfono seguía sonando. Tardé unos segundos en advertir lo patético del cuadro.
¿Quieres que te diga una cosa, Changez? A veces, el amor se parece mucho a la estupidez.
dedicado al amigo gonzalo
(ah... y lean el comentario de "zona")
domingo, julio 23, 2006
Perfil
Lo he leído en una web de ligues...
"HOLA!
Soy una chica simpática que le gusta leer, escuchar buena música, pasear por la playa y disfrutar de la naturaleza.
Soy sensible,romantica,sincera... Me encanta bañarme en el mar y ver las apuestas del sol."
en la foto es guapa; en las letras, genial.
¿cómo se siente ser vos?
Tiene algo de admirable, de forastero, de “me gustaría ser tú”. Parcelas de otredad, dosis de ausencia. Es estar y no estar, como un turista siempre, como el maldito gato de Schödinger.
más del maldito gato de Schrödinger
miércoles, julio 19, 2006
viernes, julio 07, 2006
Jhonny Deep
¡Hey!
No sé si te conté:
la otra noche Johnny Deep
paró en el bar de mi viejo
y bebió demás
bebió demás.
Había una chica en la mesa dos
que no dejaba de enviar mensajitos
por su móvil con cámara alta definición,
tomaba fotos, hacía como que no,
Vengan a ver, está Jhonny Deep,
Jhonny Deep de carne y hueso
eso o algo de eso estaba escribiendo,
cosas como de prisa y la dirección del bar.
Sabes a qué mesa me refiero,
la que da a la avenida.
Jhonny, le hizo el gesto del dedo
y pidió otro ron,
fue y se acodó en la barra
quedó de espaldas a la estúpida fan.
Bebió uno y varios más
mi papá recién lo despertó
cuando el piso ya estaba limpio
y las sillas del revés.
Gracias señor, tiene usted el mejor bar de…
y algo más, que no sé, balbuceó antes de pagar
con seis billetes de diez,
quédese con lo que sobre.
Después de eso mi papá dice
que puede dar fe
de que es una excelente persona
Jhonny Deep,
un caballero.
Y alquila en el video
un película en la que el actor
sale con la cara pálida de maquillaje,
y se ríe con él
y brinda con él,
con el televisor.
Madrid
7 julio 06
domingo, julio 02, 2006
A otra cosa, mariposa (lo dijo la chica que te dijo que no)
Bastó con que ella pasara así
caminara así
y esquivara
mi mirada y mi lugar.
¿Qué tengo yo
con las que me dicen NO?
¿Qué me pasa a mí
con las que me dejan en NI?
Una vez, a mi chica le di
la “Enciclopedia completa e ilustrada
y al poco tiempo me dejó en nada,
pegó en mi maleta un chau, tres NO.
Sonrío ahora
que estoy por dejarle un NO a otra.
Así se mueve la rueda
así se moverá
y vos y yo giramos.
Total que
vuelve a pasar la piba del principio,
la que camina así
la que apartó la mirada como un NO
la pude ver más de cerca
su cara no era lo que de lejos prometía,
no
así que...
a otra cosa mariposa.
sábado, julio 01, 2006
casi quieto
Este desesperado impulso de morder mis propios dientes,
esta urgencia de señalización
ha surgido antes del número redondo,
del decimal perfecto,
de las cuatro décadas
miro todos los cristales de los que dependen las miradas
casi todos me llaman
a casi todos asiento,
pero están rotos
partidos
quebrados
rotos
ya no tengo tantas manos
ni tantos ojos, no.
¿Dónde está el punto de encuentro conmigo?
como
vuelo
duermo
río
bebo
vuelo
ando
ah…
llevo tiempo solo
extranjero
y en mi país, los trenes que llevaban mi nombre ya han partido
no están,
partido
partidos
rotos
roto
no deja de ser un problema mecánico, eléctrico, químico
en el cerebro está el corazón
en el cerebro se cuece el alma
es un cóctel del cerebro esta tristeza
LA ESPECIE gobierna
manda
dicta.
Libertad condicionada
mis jugos obedecen,
los tubos me encomiendan
los genes me limitan,
el sexo me descuadra
la pulsión me mueve…
y del otro lado de mis ojos, ustedes...
De pronto sobreviene el deseo de ofrendarme como cobayo,
animal de laboratorio de la Nueva Iglesia,
que devanen mis más altas tripas
estudien
jueguen
toquen
pulvericen los cristales
simplifiquen,
fértil suicidio si ellos me suicidan
aséptico consuelo
sueño esperanzador de volver al agua
de flotar en formol
de morir en otro vientre
de quedar en paz,
casi quieto.
jueves, junio 22, 2006
domingo, junio 18, 2006
y todos tan contentos
Un conejo alemán cruza la carretera. Está por cruzar. Avanza. Un neumático americano de un coche japonés lo destripa. Adiós conejo, adiós. En el asfalto la figura cambia en segundos, se achata, se expande, se graba en el pavimento con el paso de otros coches y camiones.
Bernhard conducía, cuando vio al conejo mirarlo a los ojos; evitó una maniobra brusca, por eso del mal menor. Se molestó consigo y con el conejo cuando sintió la vibración debajo del NISSAN gris, modelo del año anterior.
Quince minutos, veinte kilómetros después; Bernhard carga combustible, contempla los surcos de caucho rebosantes de piel y viscosidades. Imagina cómo quedaría un neumático gigante si él, Bernhard, fuera el atropellado en la ruta; de pronto se ve con dos orejas de conejo, cruzando a saltitos. Ríe al pagar el gas. Gran parte del rostro y cuello del empleado de la gasolinera están cubiertos por una peluda mancha morada. El muchacho supone que la risa de su cliente es una burla; se queda con diez euros del cambio.
Bernhard no saca cuentas ni repara en la mancha. Sigue pensando en sí mismo saltando, con orejas de conejo marrón, y así quedan los dos, tan contentos.
Kilómetro cero
Cayeron las hojas sin ser de calendario,
ni de árbol, ni de papel de fumar.
Tal vez nos faltó un corte comercial.
Tal vez nos sobró aquél sofá (IKEA).
No hay quién vea
lo que se veía venir
ya no voy a jugar al off side
porque dejé de llevar en la espalda
el número trece
de la suerte.
De la puta suerte.
Las estatuas odian a las palomas
por eso de la mierda, las alas y la libertad.
La casa es un aeropuerto, un no lugar,
y todo se ha movido bastante desde entonces.
Tal vez nos faltó
un corte comercial,
algunos osos polares
filman comerciales,
algunos cocodrilos hay que terminan en cartera
algunos sapos ¡ay! son manchas en la carretera
y días hay que es mejor olvidar.
Resumiendo,
que el kilómetro cero
es un buen lugar
para terminar las cosas
y pasar a otra cosa mejor.
Para atrás
Ella se peina para atrás
para el pasado,
su nuca nunca deja de pensar
en volver.
Él está cansado
de tanta causa y tanto efecto,
se pregunta qué defecto
lo clavó en este lugar,
lo hizo llegar
hasta este punto.
No hay una historia aquí,
Lo único que tienen en común
es que es de noche
en Madrid.
Eso
y cierto sentido del humor,
a lo peor ella dice que sí.
Es de noche
Es Madrid.
Ella no sabe vestir
de las rodillas para el suelo,
él está por descubrir
que el Che era un asesino también,
saca el póster de la pared,
queda el hueco de papel.
(Ella y él) van a dormir,
por separado,
se fugan así
de esta ciudad, Madrid.
Noche en Madrid
y eso es lo único que tienen en común
que es de noche en Madrid,
eso es lo mismo que decir
que no hay historia aquí.
…de febrero
Ella tiene veintinueve años, largas piernas y el pelo lacio.
Vuelve a casa
sola
camina.
Es madrugada. Otoño.
Piensa en su padre.
También piensa en el resto de sus muertos, los enumera.
Pierde la cuenta enredándose en anécdotas tangentes.
Dos hombres se acercan en sentido contrario.
Uno va contándole al otro una discusión.
Pasan a su lado.
Ella retoma y resume el inventario. No está mal. No son tantos.
Hay gente que...
Siente el aire frío en la nuca, el nuevo peinado.
Entonces recuerda a un antiguo novio; afirmaba que las mujeres se hacen un corte de pelo radical a los treinta años.
Era inteligente, más que ella al menos.
Se lo hacía notar con un movimiento de ojos y un silencio preciso, o tragando saliva cada vez que ella preguntaba una trivialidad. Pequeños gestos, mucho que decir.
Encuentra las llaves.
Gesticula en el espejo del ascensor.
En casa todos duermen y el depósito del retrete pierde agua.
Sentada en la cama, se descalza en dos golpes secos.
Las pantorrillas arden.
Suspira.
Ahora abre los dedos de los pies. Los mueve. Están muy lejos de ella esos dedos. Se distrae con la difusa sombra que proyectan en el suelo. Ya no piensa en otra cosa. Abajo, en la esquina, alguien intenta arrancar un automóvil. Una y otra vez.
domingo, julio 31, 2005
Fragdebios
I
“...Ya agente, J.M. logró infiltrarse casi un año en una célula del Ku Klux Klan, hasta desbaratarla por completo. Asistió a reuniones, festines, intimidaciones, incendios y hasta a algunas golpizas; llevó la contabilidad paralela de la iglesia del lugar. Durante esos meses nadie advirtió que J.M. era policía federal y negro. Refiriéndose a él, los vecinos lo definen…”
II
"Ricardo, el mayor de los hermanos, se suicidó hace diez años y actualmente insiste en no volver a España. Graciela, con el pasaporte vencido y pocas ganas de..."
III
"...El parto fue limpio, indoloro y aberrante. No hubo sorpresa. Otto Bordenave nació… redondo. No hablo de una obesidad exagerada ni de una patología deformante, no. Otto nació absolutamente redondo. Esférico del todo."
miércoles, febrero 02, 2005
Estándar
Por favor llámame al " "
llegaré tarde
reunión cancelada
te llamaré después
su visita está aquí
te espero
no me esperes
¿dónde estás?
¿Ok para comer?
¿Qué tal?
(escrito por vodaphone españa en sus móviles modelo 3.50)
sábado, enero 08, 2005
Idiota
Soy un idiota
un estúpido demasiado influenciable por la lectura
Por ejemplo
si ahora estuviera leyendo García Márquez
creería ver mujeres caminando a cinco centímetros del suelo,
pájaros hablándome de mis abuelos
y esas cosas
Pero no, no
estoy leyendo Bukowski
y termino bebiendo más de la cuenta
metiéndome coca en la calle
en una avenida vacía
en una madrugada vacía y fría
frente al monumento a Franco,
y me enseña cómo hacerlo
un amigo escritor
en silla de ruedas
y una chica que pasa ve la escena bizarra
y hace como si no
Lo ves
soy un idiota que no aprende a escribir
(dicen que no es correcto empezar con
y
tantos versos)
y digo que un amigo me enseña
porque yo no tenía más experiencia que lo que el cine de Hollywood nos mostró
en treinta y tantos años fue la primera vez de polvo blanco y nariz
seguramente por lectura…
demasiado tiempo La Biblia delante de los ojos
y ya sabes, soy todo un estúpido
y así funciono
Nada
Me pareció que debía contártelo de alguna forma
y que tal vez ésta no sea la peor.
Escríbeme pronto.
lunes, diciembre 06, 2004
menos que cero
no sabrás lo que es morderse los labios
hasta que las gotas en el cuello, tibias
no saldrás del invernadero de cristal
hasta que tu respiración lo haya empañado todo
no te llenarás de barro y estiércol las uñas
hasta tu primer muerto
no desaparecerás
aunque insistas
no soñarás la pesadilla del maquinista aquél
que cada noche se despierta con la imagen de la humeante trompa de la locomotora
y allí delante,
a doscientos metros
a cien metros
a cincuenta metros
un carrito de bebé en las vías
no,
no sabrás lo que es morderse los labios
ni serás uno más en el comedero de desahuciados sin otra esperanza que la de enviar un puñado de dinero a su país y recibir fotos y hablar por teléfono y reírse de cualquier cosa que los sorprenda abriendo bocas de pocos y podridos dientes, porque ser extranjero no cuenta: vale menos que cero
vale menos que cero
no,
no
nunca pasarás la noche en posición fetal en un rincón húmedo de ese galpón abandonado que solíamos cruzar en la ruta y que tanto te asustaba
no dirás perdón
ni tocarás el tiempo, ni reptarás el tiempo, ni te ahogarás de tiempo hasta el vómito jamás
así que por favor
de una vez por todas
deja de respirar bajo el agua
que ese es un asunto de branquias
y yo tengo tanto frío que llevo horas sin sentir los pies
miércoles, noviembre 17, 2004
Ópera
en el Metro de Madrid,
la niña de tres años
una pequeña rubia sentada en la falda de su madre.
Se sorprendió al arrancar el metro
- Estamos entrando en el agujero,
en el agujero de donde salen los trenes…
La mujer sonrió y le anunció,
bajamos en la próxima,
¿sabes cómo se llama la próxima estación?
SOL, se llama SOL.
Después de un silencio, la niña dijo
-Entonces después debe haber una estación
llamada LUNA.
Esto pasó hoy por la mañana.
Ni un día sin poesía.
Y allá tú, que persistes en jugar con fuego
mientras yo ardo.
martes, noviembre 02, 2004
Tom sólo quiere un rato de calma
10:45 en el avión Roma Madrid
hace diez minutos que esto tiembla,
una turbulencia insistente de la que no se salvan el café, ni el yogur, ni el jugo de naranjas.
La mesa se convierte en una porquería de servilletas de papel ensopadas
el café chorrea hasta mis pantalones,
río divertido,
la comida viene y va
el sobrecargo no deja de decir perdón en italiano.
Culpa de nadie.
Sentados a mil pies dentro de un alado cilindro de metal
con ruido a refrigerador usado -vamos incluso arriba de un cielo Dalí-
no estamos en condiciones de pretender que estas son circunstancias naturales. No.
Mientras limpiamos el charco de líquidos migas dulces y restos de papel,
en las pantallas planas se ve una vieja caricatura de “Tom and Jerry”.
Presto atención.
El gato intenta pasar el rato tendido en una hamaca, tiene un jugo y bastante pereza.
El ratón se empecina en no dejarlo en paz: mete un sapo en el trago, quema las sogas que amarran la hamaca al árbol, arroja al felino por los aires mediante un sistema de poleas y palancas, termina metiéndolo en problemas con un bull dog furioso.
Tom sólo quiere descansar
pero el puto ratón, que debería estar agradecido por conservar aún la vida,
no hace más que violentar cada instante.
El juego se endurece.
De eso se trata a veces.
Ahí está la vida dejándose estar, echada, pastando y nosotros porfiamos en fastidiar.
No sabemos a ciencia cierta el porqué,
al parecer nada nos resulta suficiente,
porque aparece un instante de sosiego y de inmediato lo fastidiamos,
y eso sucede una
y otra y otra y otra vez.
No sabemos respetar la quietud.
Entonces nos metemos y es allí cuando todo se jode
y las cosas no dejan de temblar.
lunes, octubre 18, 2004
IV
un gallo de metal oxidado en medio de las tormentas eléctricas.
Todo se sacude
y siente una cosa cada minuto
otra distinta al siguiente.
Octubre
Tengo treinta y tantos años
Héctor también,
pero Héctor murió
esta mañana.
Fue el primero de los contemporáneos en partir.
No fue un tren, ni un automóvil,
ni exceso de drogas, ni un corazón débil;
hubo un cáncer actual, contagioso.
Ya no está aquí.
Sabíamos que sucedería,
también él,
incluso lo supo antes que nosotros.
Cosas que se sienten,
cosas que pasan.
Creí comprender la dinámica de las ausencias cuando mis padres murieron,
igual duele
quiero decir,
ha sido lo mejor,
Héctor flotaba dentro de un cuerpo descompuesto,
olía a jugos podridos.
Un monstruo celular devoraba lo suficiente como para no matarlo del todo
pero Héctor hoy tuvo la suerte que le faltó en años
y murió.
Sí, ha sido lo mejor, debe serlo.
En la calle he visto un libro, una novedad literaria en las vidrieras de “La cueva del lector” y sobrevino el impuslo de llamarlo y contarle,
pero Héctor ya no está ni estará,
al menos no de la forma que necesito.
Necesito.
Mala señal.
Uno de esos enfoques erróneos de los que cuesta salir.
No soy el de antes, llevo tiempo transitando una vida nueva
pensar lo que alguna vez fui
ya no me entristece.
Seguramente he malgastado lustros para llegar hasta aquí.
Lustros.
Los veo como una digna suciedad de sucesivos partos,
hay una luz, eso lo sé
y una hondura reveladora
si esto se olvida todo se derrumba sin importar lo sólido que parezca,
como un viejo edificio,
si se dinamitan determinados cimientos, es cuestión de instantes para que se vuelva escombros,
piedras y fantasmas.
Héctor tardó más que un edificio
pero él no cayó,
se fue, es muy distinto.
Acaba de morir, dos semanas después de cumplir años,
es delicado comprar un regalo para un moribundo.
Le pregunté si deseaba algo en particular,
me pareció lo más sensato.
Pidió una agenda.
Una agenda, asentí.
Le llevé la más grande para que pudiera escribir en la cama del hospital sin dificultad,
recogí una y otra vez la lapicera del suelo como si nada. Escribía, escribía, escribía.
Necesito una agenda, dijo.
Necesito.
Y ahora que el viento acaricia la cortina de mi ventana
y que el frío se hace menos leve y la luz cambia,
ahora que yo también escribo y se vuelan las hojas del escritorio; no me preocupo
porque sé que en el futuro sabremos hacer mejor las cosas.
Qué esperabas de un título
¿Una palabra desprendida que se justifique con el correr de las otras?
Esperabas tal vez precisamente eso:
un título, un encabezado que tranquilice,
un cartel en la ruta, una señal que DEBE estar allí,
arriba.
Yo también espero. Por ejemplo, últimamente sucede algo extraño en mi cama doble,
dormito unos minutos, he calculado quince
poco más, poco menos
entonces irrumpe
una pequeña arritmia, un sobresalto más grave que el pequeño vértigo que a todos sobreviene en el ensueño,
no, esto es una pequeña emoción, un susto,
como despertar en el momento justo de dar el paso con el que se deja de hacer pie en el mar, así me siento y abro la boca como un sapo, o un pez japonés
y quedo en ese estado unos minutos, sin forzar nada, pidiendo al cuerpo que lo haga por mí si quiere, si lo necesita;
que se detenga,
que se intensifiquen más los latidos, que no me asustaré ni intervendré,
sólo me aferraré un poco a las sábanas, como en un despegue.
Lo dejo librado al albedrío de mis vísceras,
incluso he llegado a suplicárselo en estas horas,
que lo hagas cuerpo mío, que se termine, vamos, hazlo.
POR FAVOR.
Hazlo, vámonos.
Pero no es un despegue, es un aterrizaje y termino con los ojos quietos en el techo
respirando por la boca
como un sapo o un pez japonés
ahí está, lo sé, la próxima vez que escriba esto, ese será el título
“como un sapo, o un pez japonés”.
Valores
El Pedroso, Sevilla
Querida Juli mía
Tienes, amor
mío, unas manos
tan bonitas, tan
diminutas, chiquilla
que son un primor
y que me gustan con pasión.
La letra es cursiva,
el fondo sepia
y está fechada en 1911, en septiembre de 1911.
En el frente de la postal se ve una fachada
MADRID – PALACIO DE CRISTAL DEL RETIRO.
La compré en la XVI Feria del Libro Viejo y Antiguo,
pagué dos euros por ella.
Días después
cuando todo se había terminado de hundir
compré un abrigo usado en el Rastro,
un sobretodo gris a veinte euros, no lo dudé.
Hoy mismo, acodado en la barra de un bar, por siete euros bebí tres cervezas más una tostada gratinada con cuatro quesos.
Pienso que las cosas están trastocadas,
todas las cosas,
los valores digo;
también pienso que es demasiado tarde
y que será imposible encontrar un orden,
un mínimo orden que seguramente ya estaba perdido en 1911
pero
tienes, amor
mío, unas manos
tan bonitas
tan diminutas, chiquilla.