domingo, junio 18, 2006

Kilómetro cero



Cayeron las hojas sin ser de calendario,

ni de árbol, ni de papel de fumar.

Tal vez nos faltó un corte comercial.

Tal vez nos sobró aquél sofá (IKEA).

No hay quién vea

lo que se veía venir

ya no voy a jugar al off side

porque dejé de llevar en la espalda

el número trece

de la suerte.

De la puta suerte.


Las estatuas odian a las palomas

por eso de la mierda, las alas y la libertad.

La casa es un aeropuerto, un no lugar,

y todo se ha movido bastante desde entonces.


Tal vez nos faltó

un corte comercial,

algunos osos polares

filman comerciales,

algunos cocodrilos hay que terminan en cartera

algunos sapos ¡ay! son manchas en la carretera

y días hay que es mejor olvidar.

Resumiendo,

que el kilómetro cero

es un buen lugar

para terminar las cosas

y pasar a otra cosa mejor.

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