Cayeron las hojas sin ser de calendario,
ni de árbol, ni de papel de fumar.
Tal vez nos faltó un corte comercial.
Tal vez nos sobró aquél sofá (IKEA).
No hay quién vea
lo que se veía venir
ya no voy a jugar al off side
porque dejé de llevar en la espalda
el número trece
de la suerte.
De la puta suerte.
Las estatuas odian a las palomas
por eso de la mierda, las alas y la libertad.
La casa es un aeropuerto, un no lugar,
y todo se ha movido bastante desde entonces.
Tal vez nos faltó
un corte comercial,
algunos osos polares
filman comerciales,
algunos cocodrilos hay que terminan en cartera
algunos sapos ¡ay! son manchas en la carretera
y días hay que es mejor olvidar.
Resumiendo,
que el kilómetro cero
es un buen lugar
para terminar las cosas
y pasar a otra cosa mejor.
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