lunes, febrero 06, 2012

Volver a casa


No hay caso. Sigo comprando sombreros para María Antonieta.
Poco que ver, y María Antonieta ahí, sentada en mimbre, sonriendo falaz porque vuelvo a entrar en la casa y el paquete delata, la caja redonda habla. Otro sombrero para tan poco tiempo. Niega y sonríe. Niega con sutileza, porque en su caso el gesto completo caería en exageración, propiciaría un desenrosque.