viernes, septiembre 08, 2006

La vocación, ese llamado

Me ha sucedido lo que a Mauro, también con una chica.
Sandra -nombre ficticio, claaaaaaaro- está inmersa en una honda crisis vocacional y una turbulencia laboral ligera, abundan las veterinarias jóvenes.
La encuentro animada, parece que ha encontrado una solución, al menos para el primero de sus problemas. Pedimos dos cervezas, gira un poco más su silla plástica, para estar casi de frente a mí y a la avenida.
-"Ya lo sé, lo he decidido. Seré artista. Escribiré, tengo mucho en mi interior, muchos paisajes que mostrar. Bueno, tal vez pinte, sí, porque fotógrafos hay muchos, y sabes cómo son..."

La noche será larga, pienso para mí, sólo para mí.




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miércoles, septiembre 06, 2006

Palabras

Mi sobrino Tomás vive en Buenos Aires, tiene 12 años.
Hasta ayer creyó que "HOMO SAPIENS" era una forma muy porteña de llamarle a los gays inteligentes.

sábado, septiembre 02, 2006

Bajar

Me mira.
Lo ha intentado.
Las diez de la noche, pero aún es de día en esta ciudad.
No he querido salir, he pasado la tarde postergándolo.
Ha sido comprensiva, ha propuesto diversas actividades, todas interesantes. Incluso algunas, interesantes sólo para mí.
Pero yo no he querido salir, y nada especialmente divertido o necesario me retuvo en la casa, no. Su compañía, creo, me ha resultado indiferente hoy.
Los sábados no recogen la basura en estas manzanas, quizá en todo el barrio. Quizá calles abajo los cubos estén rebosando de bolsas, y alguien se apure antes de que pase el camión.
Esta casa es nuestra, la elegimos juntos.

No quiero hacerle daño, ni salir.
Antes de dormir insultará en voz baja pero audible, lo sé.
Ahora en mi tórax ese vacío de avión al despegar.

Minutos.

La televisión repite un fuera de juego evidente.
Cambia de CD, tararea en francés.
Actualizo la pantalla, suspiro.

Aparece en el vano de la puerta, se ha puesto el vestidito floreado.
Lo compró en un mercado, lo separó de una pila de ropas y me lo enseñó; asentí sin saber cuán hermoso podía sentarle ese pequeño trapo.

- Vamos a tomar una cerveza a la esquina. ¿Sí? Te espero abajo.
- Sí, amor, ahora voy.

Baja a la cocina, o al espejo de la sala a acomodarse los pendientes.
Sí amor, ahora voy; y me desparramo un poco más en la silla, y estiro los pies.

viernes, septiembre 01, 2006

Reportaje a Norma Valga

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Habla de escribir sobre uno mismo...
Sólo comparto con mi esposo lo que escribo sobre mí, cuando al leerlo me irrita o me provoca cierta repulsión. Entonces lo observo a él leyendo, si noto que el texto le genera una incómoda fascinación y que insiste en la relectura; pues sé que el material es honesto y vale la pena.
Vamos, es el fenómeno contrario al de los olores íntimos, propios. Debe atraer a los demás, y a una, asquearla un poco.
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